NO emprendas en EEUU antes de leer esto.

Ahórrate un desastre y miles de dólares.

Todos soñamos con nuestra empresa facturando millones de dólares en Estados Unidos. El famoso sueño Americano.

Y sí, se puede. Yo lo hice.

El problema es que muchos emprendedores, aunque son exitosos en Latinoamérica, fracasan cuando intentan entrar al mercado estadounidense.

Lo he visto cientos de veces.

Hoy te voy a explicar la razón principal por la cual esto sucede, para que no te pase a ti.

El caso típico de emprendimiento en Latinoamérica

La historia suele ir más o menos así:

Pepito se va de vacaciones a EE.UU. y, en algún momento de su viaje, se topa con un producto o servicio que lo impresiona profundamente. Entonces piensa:

"Este producto/servicio no existe en mi país y sería muy exitoso si lo hicieran. Se ve fácil… ¡YO LO VOY A HACER!"

Dicho y hecho, Pepito regresa a su país de origen inspirado.

Rápidamente logra desarrollar una versión del producto o servicio que le gustó y, efectivamente, se vuelve exitoso.

Con el tiempo, comienza a expandir su negocio, conquistando gran parte del mercado en su país.

Años después, convertido ya en un emprendedor exitoso con una empresa consolidada, Pepito empieza a mirar más allá y se dice:

"Mi producto/servicio es igual o mejor al que vi originalmente en EE.UU. y ya domino mi mercado local. Creo que ha llegado el momento de llevar mi empresa a EE.UU. y quedarme con un pedazo del mercado más grande del mundo… ¡y en dólares!"

Decide lanzarse. Hace un par de viajes a EE.UU., consigue uno o dos clientes rápidamente y piensa:

"¡Uy, qué fácil es esto! Aquí me hago millonario. ¡Voy con toda!"

Y es en este momento donde empieza el fin de la historia.

Pasan algunos meses, tal vez un par de años, y Pepito se da cuenta de que:

  • Nunca logró vender suficiente.

  • Su producto nunca despegó en EE.UU.

  • Le cuesta muchísimo mantener su operación allá.

  • No puede estar él mismo en el país de manera permanente.

  • La relación esfuerzo-beneficio está completamente en su contra.

  • Ha perdido miles y miles de dólares en el intento.

Entonces, se pregunta:

"¿Pero qué pasó? ¿En qué fallé?"

Y la respuesta se resume en una sola frase:
No puedes exportar un producto que tú mismo importaste, al país de origen.

La gran lección

Ese mercado nunca fue para ti.

Veamos por qué.

Desde que Pepito se inspiró en EE.UU. y lanzó su empresa en Latinoamérica, el dueño original del negocio en EE.UU. siguió creciendo y expandiéndose. Además, ha estado facturando en dólares y reinvirtiendo agresivamente en publicidad y marketing para posicionar su marca.

Seguramente también han nacido nuevos competidores en EE.UU. que han ocupado aún más espacio en el mercado.

Aparte de eso, el emprendedor estadounidense conoce su cultura y tiene una red de contactos que le facilita el crecimiento: amigos, familiares y conexiones estratégicas.

Mientras tanto, Pepito:

  • No maneja la moneda local.

  • No tiene presencia permanente en EE.UU.

  • No cuenta con el capital necesario para invertir millones de dólares en publicidad.

  • Y lo más importante: está regresando a EE.UU. con un producto que ya está más que posicionado y establecido en ese mercado.

La oportunidad ya la tomó alguien más. Pepito llegó tarde y mal vestido a la fiesta.

Un ejemplo práctico:

Imagínate que un emprendedor argentino, dueño de una cadena de cafeterías colombianas, exitosas en Argentina, decide expandirse y abrir su negocio en Colombia.

¿Cuál sería la reacción de los colombianos?

"Amigo, aquí ya hay 2,000 cafeterías colombianas, de colombianos que llevan toda su vida en la industria del café. ¿Por qué iríamos al tuyo?"

No puedes exportar un producto que tú mismo importaste, al país de origen.

La pregunta clave

Si Pepito ya domina su mercado local y quiere seguir expandiéndose,
¿qué debería hacer?

La respuesta es simple:
👉 Buscar otro país o región que tenga el mismo vacío que su país tuvo respecto al producto o servicio que él ofrece.

El mundo es enorme: hay más de 180 países. No necesitas estar en EE.UU. para ser exitoso económicamente.

Es cierto que el mercado estadounidense es tentador. Pero para triunfar allí, hay que saber identificar las oportunidades y tomarlas de manera estratégica.

En el próximo newsletter de Confesiones de un Emprendedor, te contaré cómo hacerlo bien.

Mucho por aprender y mucho por hacer.
Ammiel Manevich